NI MÁS, NI MENOS
Tan malo es pasarse como no llegar y eso también puede aplicarse a los seguros de las empresas.
Si las coberturas son excesivas con respecto a nuestras necesidades, estaremos pagando de más, y eso nunca es deseable; pero si las coberturas se quedan cortas podemos quedar desprotegidos en caso de auténtica necesidad, y eso es todavía peor.
Los lamentables acontecimientos ocurridos recientemente en la planta química de Iqoxe han puesto sobre la mesa lo que puede ocurrir cuando nuestra empresa tiene contratadas primas de seguros a unos precios y con unas coberturas por debajo de lo que necesitamos para afrontar posibles siniestros.
En el caso de esta industria tarraconense que explotó en enero, su cobertura era inferior a las necesidades que luego surgieron y por eso tuvo problemas para gestionar las indemnizaciones correspondientes. Sencillamente porque su seguro no cubría todos los pagos a los que tuvo que hacer frente.
LOS 2 RIESGOS A CUBRIR, SÍ O SÍ.
Cualquier empresa tiene dos riesgos principales que cubrir: el de daños y el de responsabilidad civil. El primero está destinado a proteger a la compañía de los costes de reparación derivados de cualquier percance y el segundo cubre los eventuales gastos de responsabilidad civil, que es lo que en caso de siniestros, como el de la fábrica Iqoxe, pueden suponer mayores problemas.
Es importante destacar que la responsabilidad penal no es asegurable, lo que no implica que las compañías no deban estar debidamente cubiertas en caso de accidentes laborales, ya que pueden conllevar importantes indemnizaciones.
Esto es de especial relevancia desde que entró en vigor el 1 de enero de 2016 la modificación del baremo de daños personales, que representa un considerable incremento en las cantidades de las indemnizaciones.
Por tanto, en caso de duda, lo mejor es siempre hablar con un corredor de seguros de confianza que nos asesore y nos asegure que estamos pagando lo necesario para estar tranquilos en caso de siniestro.
Ni más ni menos.