Para muchos, la llegada del clima invernal supone la práctica de los deportes asociados a la nieve. Durante el mes de enero, es habitual que la gente se marche unos días de descanso a lugares donde poder practicar esquí, snowboard, montañismo, patinaje sobre hielo, hockey, curling… por nombrar algunos de ellos. Y, como todo deporte, no están libres de riesgos a la hora de realizarlos, especialmente cuando se practican en unas condiciones meteorológicas tan especiales como durante esta estación del año.

Por supuesto, siempre es importante llevar una buena equipación que nos proteja en la medida de lo posible ante las caídas, asegurarnos de que nuestro material deportivo esté en buen estado, usar ropa adecuada, así como aprender a mantener las posturas correctas para mitigar los efectos de posibles accidentes. Sin embargo, en muchas ocasiones no se pueden evitar en sí, por lo que, según los expertos fisioterapeutas, aún así no es poco habitual acabar con lesiones de espalda, en las rodillas, como roturas en ligamentos, esguinces en los tobillos o, incluso, terminar con el hombro dislocado. También son habituales las fracturas en los huesos, como los de muñeca, de la cadera o de la pelvis.

Claro está que siempre es bueno ir más allá en cuanto a prevención se refiere y «cubrirnos las espaldas» dando un paso más con la protección de un buen seguro. En cualquier caso y, como aficionados a este tipo de deportes, lo mejor que podemos hacer es consultar con un buen profesional experto para barajar cuáles son las opciones idóneas para nuestro viaje a la nieve.

Nuestro corredor de seguros nos podrá asesorar y aconsejar sobre la póliza que más se ajuste a nosotros, a partir de nuestros riesgos, características, circunstancias y necesidades específicas.

¡Y a disfrutar de la nieve con la mayor tranquilidad!