Cuando un año se acaba, llega el momento de reflexionar y hacer balance. Preguntarnos qué queremos mantener en nuestras vidas, qué nos gustaría mejorar o incorporar y qué sería mejor dejar atrás. 2020 ha sido un año especialmente complicado en muchos aspectos y 2021 parece que también va a serlo.
Las circunstancias en nuestras vidas pueden cambiar: podemos cambiar de casa, de coche, aumentar o disminuir la familia o cambiarnos de ciudad; y nuestros seguros deberían adaptarse a estas nuevas necesidades. Para evaluar las mejores opciones y no pagar de más, pero tampoco tener prestaciones de menos, lo mejor es hablar con nuestro corredor de confianza y que nos asesore sobre las pólizas que más se ajustan a nuestras necesidades. Un seguro desfasado puede suponer una pérdida económica importante y ese dinero que nos ahorramos al actualizar nuestra póliza puede venir muy bien para pagar la cuota del gimnasio, la factura de la luz o simplemente permitirnos un capricho.
Los seguros más contratados en España son los de automóvil y vivienda, seguidos de los de salud y decesos. Este año las circunstancias han hecho que nuestras prioridades cambien un poco y, por tanto, también deberían cambiar nuestros seguros. Con el aumento del teletrabajo, muchas personas pasan más horas en casa y necesitan dispositivos electrónicos de alto valor para realizar sus tareas profesionales, por lo que igual sería buena idea verificar que las sumas contempladas en nuestro seguro de hogar sean las adecuadas para proteger estos objetos de valor.
En cuanto al seguro de coche, es probable que este año no nos desplacemos tanto como otros, pero eso no significa que descuidemos el estado del vehículo o reduzcamos las prestaciones de la póliza, porque una avería en un mal momento puede suponer grandes inconvenientes, desde un pinchazo tonto a una rotura de cristal, pasando por quedarnos tirados en la carretera. Y eso, con un buen seguro, se soluciona rápidamente.