Es probable que, si eres esquiador, seas consciente de que se trata de una actividad de riesgo que puede provocar accidentes, incluso si tienes experiencia.
Un accidente mientras esquías en el extranjero podría superar los 3.000 euros: una consulta médica podría costar más de 300 euros, y una hospitalización podría ascender a unos 2.700 euros. En cambio, contratar un seguro de esquí en Europa por tres días costaría tan solo 25 euros. Además, la cobertura médica no se limita únicamente al momento en que esquías; también te cubre en otros casos, como una caída mientras paseas por la zona o si contraes una gripe.
Las coberturas más solicitadas en este tipo de seguros son, además de la asistencia médica y el traslado sanitario, el reembolso de las clases de esquí y el forfait en caso de incidencias cubiertas por el seguro que afecten a estos servicios. Para ponerlo en perspectiva, un forfait de un día para un adulto tiene un costo aproximado de 60€, mientras que las clases de esquí suelen rondar los 40€. Estos precios varían según la estación de esquí, posibles descuentos por grupo o edad, y si se viaja en temporada alta o baja.
Además, los seguros de esquí también brindan asistencia jurídica en el extranjero, cubriendo situaciones como la reclamación de daños, disputas contractuales (por ejemplo, si el forfait no incluye lo que se contrató, las clases de esquí no se corresponden con lo acordado o el equipo alquilado es de mala calidad) o la defensa en casos de responsabilidad penal.
Por lo tanto, si estás planeando unas vacaciones de esquí, contar con un seguro puede proporcionarte la tranquilidad que necesitas.