Las vacaciones son el momento más esperado del año y se disfrutan mucho más si sabes que dejas tu casa y todo su contenido en buenas manos al contratar un seguro de hogar.
Lamentablemente, los amigos de lo ajeno aprovechan las vacaciones de los demás para intentar apropiarse de lo que no es suyo, por lo que las estadísticas de robos aumentan durante el periodo vacacional.
Algunas de las recomendaciones que podemos seguir son no anunciar a terceras personas o en redes sociales que nos vamos de vacaciones, cerrar bien puertas y ventanas o usar el temporizador de luz.
Pero si todo eso falla, la mejor solución es estar protegido con un buen seguro de hogar que responda en caso de ocurrir algo desagradable. Y nos indemnice por la pérdida de los bienes sustraídos, el robo de dinero o joyas o los posibles desperfectos ocasionados en la vivienda o en el mobiliario.
Pero el robo no es el único susto que podemos llevarnos al volver a casa de vacaciones. Cuando el dueño de la casa está fuera, cualquier detalle, por pequeño que sea, desde una pequeña chispa, un apagón o una tormenta de verano pueden provocar incendios, inundaciones, plagas de insectos y un sinnúmero de inconvenientes que pueden amargarnos la vuelta a casa y hacernos olvidar rápidamente el merecido descanso del que hemos disfrutado durante unos cuantos días.
Para evitar esto, lo mejor es tener una póliza que se comprometa a solucionar el desaguisado cuanto antes y que inicie las reparaciones pertinentes lo más pronto posible. Tener la casa y su contenido asegurados a todo riesgo harán que nuestra mayor preocupación al volver de vacaciones sea tener que poner unas cuantas lavadoras y enfrentarnos al día siguiente a la rutina.