Pocas cosas hay más desagradables que llegar a casa después de trabajar y encontrarnos con nuestro hogar invadido por visitantes indeseados. Si encima tienen más de cuatro patas y transmiten enfermedades, la cosa ya no sólo es repugnante sino peligrosa para la salud.
Cucarachas, ratas o ratones son algunos de los inquilinos “okupas” más habituales de nuestras casas y si queremos desalojarlos, conviene contar con ayuda profesional.
Como siempre, lo mejor es consultar con nuestro corredor de confianza por si nuestro seguro de hogar cubre estas contingencias, o en el caso de las comunidades de vecinos, si se puede estudiar alguna cobertura que se haga cargo de las necesidades de todo el edificio o de la urbanización.
Además de las ratas, ratones y cucarachas, los seguros de comunidad tienen en consideración otro tipo de plagas como el topillo, las pulgas, nidos de avispas, gorgojos, escarabajos, pececillos de plata, polillas o garrapatas.
En caso de invasión animal, los seguros suelen consistir en la intervención de un especialista que tras identificar el problema, primero tratará la plaga en cuestión y después realizará revisiones periódicamente por si el mal resurge.
La póliza debería incluir la aportación de los productos y materiales necesarios para acabar con la plaga, así como la mano de obra y los desplazamientos de los técnicos.
Una vez realizado el servicio, el responsable deberá elaborar un informe del estado de las zonas sensibles o de riesgo para prevenir futuras incidencias y en el caso de que el edificio tenga deficiencias higiénicas, notificarlo a la compañía aseguradora para que informe al asegurado y que pueda así mantener a raya estas visitas tan desagradables.